Cerca de 150 mil centroamericanos intentan inmigrar a Estados Unidos cada año, según la International Organization for Migrants.
Muchos se ven obligados a dejar sus casas debido a su situacion de pobreza, violencia o trabajo, pero antes de llegar a su meta, deben cruzar por un
camino minado. Y aunque todo el viaje a Estados Unidos representa un
riesgo para sus vidas, el trayecto a través de México es el peor ya que
deben pasar por territorios dominados por el narcotráfico, donde no hay
ni ley ni policía que los proteja.
La fundación MEPI resume los cinco principales peligros reportados para estos migrantes.
El crimen organizado
Este es el mayor peligro sin duda, durante los últimos cinco años los carteles de la droga han logrado
un control considerable sobre las rutas de los migrantes, lo que les ha
permitido cometer todo tipo de crímenes contra ellos. Los migrantes se
han vuelto víctimas de tráfico de personas, secuestros, violaciones,
asesinatos y extorsiones.
Según los especialistas en crimen organizado y migración Hanni
Heikkinen y Reinhard Lohrmann, se sospecha que las redes de tráfico de
drogas altamente organizadas se han movido al campo del tráfico de
migrantes.
Esto se volvió especialmente visible el 23 de agosto de 2010 con la
masacre en el estado de Tamaulipas de 72 migrantes centroamericanos que
intentaban cruzar a Estados Unidos.
Fundación MEPI ha encontrado una suma de reportes que muestran que
los migrantes son tratados de la misma forma como se trata a las drogas;
enviados en los mismos transportes, almacenados en los mismos lugares y
traficados en conjunto como contrabando a Estados Unidos.
Riesgos físicos
El viaje en sí mismo es una tarea físicamente exigente. Según la Fundación Heritage tan solo un refugio, el Albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y el Migrante en Tapachula, atendió alrededor de cinco mil individuos heridos entre 1992 y 2006.
La mayoría de las heridas son causadas en el trayecto del viaje que
se realiza en tren, por lo que éste ha sido denominado “el tren de la
muerte” o “la bestia”.
Para evitar ser capturados por conductores del tren u oficiales de
inmigración, muchos migrantes viajan en el techo de los vagones o
colgando de los acoplamientos y amortiguadores entre los vagones. Muchos
de ellos se caen, muriendo instantáneamente o quedando con heridas
graves.
Los que intentan esconderse en los vagones corren el riesgo de morir
asfixiados, por lo que han sido llamados “ataúdes rodantes”.
Las autoridades mexicanas de migración
Los funcionarios mexicanos de inmigración también se han convertido en un peligro para los inmigrantes de Centroamérica.
Amnistía Internacional ha
informado que los migrantes de paso hacia Estado Unidos “enfrentan
abusos por parte de las autoridades mexicanas, que incluyen uso excesivo
de fuerza y detención arbitraria”.
En casos más extremos, funcionarios de inmigración han sido
relacionados con la venta de migrantes a organizaciones criminales. En
marzo de 2011, se detuvo a 36 funcionarios de inmigración mexicana por acusaciones de tráfico humano. En mayo del mismo año, el Instituto Nacional de Migración dio de baja a 200 funcionarios por estas ligados al crimen organizado. Y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos México estableció
que el secuestro de 40 migrantes centroamericanos que iban en un tren,
en diciembre del mismo año en un tren, es solo un indicador del nivel de
corrupción de las autoridades locales.
La extorsión
La extorsión es otro de los riesgos que los migrantes deben enfrentar.
Con el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses,
los migrantes se han visto obligados a pedirles ayuda a los
contrabandistas para cruzar la frontera.
Si deciden hacerlo sin ayuda, los migrantes pueden ser secuestrados y
luego deben pagar rescates de hasta $15.000 dólares, según The Heritage Foundation. Según organismos de derechos humanos, como Amnesty International, The Heritage Foundation, y WOLA,
los migrantes centroamericanos pagan $3.000 y $15.000 dólares a los
contrabandistas para entrar a Estados Unidos. Por esto, cuando llegan a
Estados Unidos, quedan endeudados por años y deben trabajar por su
libertad.
La política de EE.UU.
De acuerdo con el Centro de Política de Inmigración,
muchas de las políticas impuestas por los gobiernos de los presidentes
George W. Bush y Barack Obama no han logrado su objetivo principal,
detener la inmigración ilegal, y han puesto a los migrantes en una
posición sumamente vulnerable.
La tendencia de los Estados Unidos de centrar todos sus recursos en
la protección de sus fronteras deja a los indocumentados sin recursos
legales.
Según la Asociación China de Trabajadores y Personal,
una ONG que lucha por los derechos de los trabajadores indocumentados,
los traficantes de personas tienen completa libertad para vender a los
migrantes como servidumbre a los propietarios de negocios.
En un caso, el dueño de un restaurante chino en Nueva York fue
acusado de pagar miles de dólares a traficantes de personas por el
rescate de inmigrantes de México y Centroamérica, para luego obligarlos a
trabajar para pagar su deuda por US $1,50 la hora.
Según el Empire Justice Center,
el hecho es que las políticas anti-migratorias empujan a los migrantes a
un hoyo cada vez más hondo, dejándolos sin protección legal y en las
manos de los traficantes de humanos, considerando estos peligros que si pasan aun en el intento de introducir politicas para apoyar a los migrantes.
A pesar de solo referirse de migrar a EU es notable los riesgos por lo que pasan algunos inmigrantes que continuan su camino teniendo en cuenta que la seguridad y derechos no existen debido a la frontera mexicana donde resguardan narcotraficantes y ademas algunos migrantes son conscientes de la ilegalidad, que sale mas cara que intentar invertirlo de otra forma po niendo en peligro su vida desconociendo si al llegar su vida cambiara para bien, es mejor reflexionar antes la migracion y trata de personas que van juntas.
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